La leyenda del Tanuki aplicada al bonsai.
El tanuki es un animal, familia de los cánidos parecido a un mapache, nativo de Japón y la zona de Manchuria.
Según la mitología el Tanuki es capaz de transformarse y adoptar cualquier forma, quizás sea esa la razón de que los japoneses llamen “Tanuki” a estos plantones adaptados a troncos, ya que se acaban fusionando y transformando en un increíble bonsai.
En el año 2.006 Gabriel Romero desde su página web sacó a la venta una partida de bonsáis, donde me llamó la atención un tanuki de sabina, algo extraño puesto que no soy muy amigo de las coníferas. Así que llamé a Gabriel y le pedí aquel árbol, que lo trasplantara a su maceta definitiva y un pequeño alambrado de formación.
Esta fue la foto que aparecía en
www.bonsaisantboi.com En la foto podía ver la buena adaptación del plantón a la madera muerta.
Un tema de conversación fue ese agujero perfecto que hay en la parte baja del tachiagari, le pedí también que lo rompiera porque se veía muy artificial, el me comentó que era natural, lo habría hecho algún insecto. ¿Os dais cuenta lo que es el bonsai?:
- Pedí que se trabajara de forma artificial para que pareciera natural un agujero natural que parecía artificial. Que contrasentido.
Así llegó el árbol en su maceta y con el alambrado.
La verdad es que el árbol llegó y fue a una estantería donde sólo se cultivó durante 3 años, en todo este tiempo no lo pincé ni toqué el follaje, sólo me dedique a regar y abonar para vigorizarlo e intentar al mismo tiempo que se terminara de fusionar con la madera.
En una parte del tanuki había una zona perfectamente fusionada pero en la base del tachiagari empezó a separarse de la madera seca al mismo tiempo que iba creciendo. Es por esto que decidí atornillarlos para que de la misma forma que iba engrosando se fusionaran. El tornillo se colocó por debajo de la corteza, como se muestra en las fotos, por motivos puramente estéticos.
Hay zonas donde las dos partes se han adaptado perfectamente.
En la parte más baja la sabina se estaba separando de la madera.
El culpable del nuevo anclaje.
Con un bisturí bien afilado y desinfectado levantamos la corteza.
El tornillo va por debajo de la corteza.
Así queda el tornillo.
Una vez que cierre la herida será absolutamente invisible.
En 2.009 decidí dar un cambio al diseño de este árbol, en principio el plantón adaptado recorría todo el tronco hasta el final, pensé en dejar el ápice en la mitad del tronco, dejar el resto del árbol como un jin que daría mucha más fuerza al conjunto.
El problema era que haciendo esto daba la impresión de ser demasiado pesado el jin y desequilibraba el árbol, lo que llevó también a un cambio en el ángulo de plantado. Aproveché para trasplantar y poner el sustrato donde el árbol vivirá ya muchos años, porque si lo pensamos, aunque vemos un bonsai con un tamaño de maceta perfecto, la realidad es que en esa maceta sólo se alimenta un pequeño plantón adaptado a una madera seca que podrá estar sin trasplantar de 5 a 10 años.
La mezcla usada fue 70% Akadama y 30% Kyriuzuna muy bien cribadas por el largo período de tiempo que van a estar sin tocar.
Una vez trasplantado y cambiado el ángulo toca rebajar la madera para equilibrar el árbol, como no soy muy amigo de las máquinas amoladoras, usé una astilladota, cepillo de alambre y soplete. En muchas ocasiones el uso de herramientas manuales implica una rotura natural de las fibras y su estética es mucho más natural que las que hacemos a máquina.
Después del cambio del ángulo de plantado.
El jin ya rebajado de madera para hacerlo menos pesado.
En la vista lateral se ve el enorme jin trasero
El jin mucho más aligerado.
En esta vista se ven los dos jins rebajados.
En esta foto la madera pintada y las masas alambradas.
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Ancho: 33cms.
Pero haciendo honor a la verdad tengo que decir que esa no es la foto final del árbol, como siempre los bonsáis son una obra en constante movimiento.
Es importante no intentar tener nuestros bonsai como si de una exposición se tratara, los periodos de crecimiento libre son imprescindibles para la salud de nuestros árboles aunque parezcan un poco desaliñados.
Pensamiento final:
La finalidad en el tanuki es conseguir la apariencia de árbol completo, y que al contemplarlo nos olvidemos que no es más que un viejo tronco seco con un joven plantón adaptado a su madera. Es la relación entre el anciano y el niño, el niño aporta vida, energía, frescura… y el anciano esa madurez que sólo se adquiere con los años. Una simbiosis perfecta.
Creo que esa es la magia del Tanuki.
LA PARTE TÉCNICA
Me gustaría comentar varias cosas sobre la parte técnica del tanuki:
Estando en la escuela pregunté a mi maestro si un precioso tejo que tenía allí era un tanuki por lo espectacular de su madera muerta, me dijo que no, y aprovechó la ocasión para explicarme que el único árbol con el que se hace tanuki es el Junípero Chinensis, ni siquiera rígida ni otras variedades se usan en Japón para esta técnica. Sin embargo la madera muerta SÍ puede ser de otras especies.
En este caso, y puesto que el tronco es de un Juniperus Sabina, el plantón que usó Gabriel Romero en su día es de la misma especie, algo que me parece brillante, puesto que lo normal hubiera sido escoger una variedad de hoja pequeña como el famoso Itoigawa.
En Japón los tanukis siempre son más baratos que los árboles naturales. Cuando están bien hechos y maduros es imposible adivinar si es tanuki o no, pero algo curioso que honra a los japoneses es que nunca mienten sobre ello, aun pudiendo ganar más dinero siempre reconocen el origen de sus árboles.
La vena viva ha de quedar siempre en un lateral del árbol y en un exterior de la madera, es un error muy común aprovechar los recovecos naturales de la madera para meter ahí el plantón que vamos a adosar.
Muchas veces me han preguntado si hay que clavar el plantón con puntillas o algo, la verdad es que si la oquedad está bien hecha, a medida que vaya engordando el plantón, él mismo se irá ajustando al hueco y no se moverá.
Así es como debe quedar el plantón dentro de la madera, sé que es difícil hacer un hueco longitudinal así en una madera, pero tenemos que conseguirlo para un resultado perfecto.